Las problemáticas más comunes con las que nuestros pacientes llegan a consulta son diversas y variadas en función del grupo de edad.
Niños y niñas
El momento social, económico y sanitario en el que vivimos afecta a gran escala a los niños/as. Variando en muchas ocasiones la conducta y las emociones de ellos y generando unos efectos estresantes tanto para niños como para adolescentes.
Este grupo acude con dificultades específicas de aprendizaje, hiperactividad e inatención, conflictos con la gestión propia y ajena de las emociones, mala conducta, insomnio… Situaciones que se deben a la falta de habilidad para gestionar sus emociones por eso debemos estar atentos, comunicarnos con ellos, ponerles rutinas y proponerles actividades para que estén entretenidos.
Los adultos
En la actualidad muchos de los adultos se han visto afectados por los efectos que ha dejado el confinamiento, las restricciones de movilidad o las de sociabilización. Aunque esto ha sido imprescindible para salir adelante, ha producido unos efectos negativos en la vida de las personas y es un factor desencadenante de enfermedades psiquiátricas.
Es decir, la sintomatología ansiosa y depresiva es la que se “lleva la palma”.
Muchos psicólogos y psiquiatras han explicado que las alteraciones provocadas por el Covid-19 han tenido un impacto muy fuerte en los adultos ya que siempre han podido salir y tener contacto con las personas y esta pandemia les ha obligado a permanecer en casa. Siempre se ha utilizado el contacto y las relaciones sociales para efectos terapéuticos y prescindir de ellos provoca ansiedad y depresión.
Estos cambios, no siempre se pueden gestionar en solitario de una manera exitosa y eficaz.
Nuestros mayores
Los peor parados en la pandemia, siendo el grupo más afectado por el virus y creando una tensión y miedo permanente en ellos; factores desencadenantes de enfermedades como la ansiedad, depresión o insomnio. Necesitan, sobre todo, la intervención sobre sus funciones ejecutivas (atención, memoria, flexibilidad, establecimiento de metas…) para aumentar o mantener su desempeño cognitivo y para evitar, en la medida de lo posible, un deterioro acelerado del mismo debido a alteraciones atribuibles al proceso fisiológico del envejecimiento o a otros factores tales como las demencias, el parkinson o las patologías cardiovasculares entre otras.
Si necesitas ayuda o conoces algún familiar o amigo que la necesite, escríbenos o llámanos sin compromiso.